Sol, piel y buenos planes: cómo sobrevivir al verano sin que tu piel lo note
- ifernandezarencibi
- 5 ago
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El verano tiene ese algo especial que nos invita a salir más, a vivir más y a decirle que sí a todos esos planes que en invierno ni nos planteamos: terrazas, escapadas improvisadas, días de playa, noches largas… Y aunque todo eso nos recarga el alma, también pone a prueba a nuestra piel.

Porque sí, el verano nos hace bien en muchos sentidos, pero también puede ser una temporada exigente para la salud cutánea: más sol, más calor, más sudor, menos rutina, más cambios bruscos entre el aire acondicionado y el exterior. Por eso, en esta época, más que nunca, es clave cuidar la piel con mimo (sin obsesionarnos, pero sin olvidarnos).
Aquí te cuento algunos hábitos sencillos (y realistas) para disfrutar de todo lo bueno del verano sin que tu piel pague la factura.
¿Es suficiente con aplicarme protector solar por la mañana? Me encantaría decirte que sí, que con ello estás a salvo de manchas, fotoenvejecimiento y otras enfermedades de la piel, pero la realidad es que no. Tan sólo un 20% de la población que se aplica fotoprotector por las mañanas (de la que no lo hace hablaremos en otra ocasión) lo reaplica durante el día. Esto se traduce en una falsa sensación de protección, creemos que estamos correctamente cuidados del sol y sus efectos y la realidad es que no. Por eso, siempre recomendamos ampliar las medidas con alternativas que nos aportan protección física como sombreros de ala ancha (qué poco los usamos en Canarias con el sol tan fuerte que tenemos), gafas de sol, sombrillas etc.
Después, el agua: para beberla y para llevarla en la piel.La deshidratación es silenciosa, pero se nota: piel tirante, opaca, más propensa a las líneas de expresión. Así que sí, hidrátate por dentro (más agua, más frutas frescas) y por fuera, con texturas ligeras pero efectivas. El ácido hialurónico o el aloe vera son como un vaso de agua para tu rostro. Y si necesitas un momento de pausa, una bruma facial en el bolso puede salvarte más de una vez.
Y cuando el día termina, la piel también necesita un descanso.Después del sol, el cloro, la sal y el viento, lo mejor que puedes hacer es regalarle a tu piel una ducha templada y una buena hidratación. No hace falta que sea un ritual eterno: un after sun con ingredientes calmantes puede hacer maravillas. Es ese mimo final que tu piel agradecerá… y se notará.
¿Y qué pasa con los tratamientos? ¿Mejor esperar al otoño? No necesariamente. El verano no está reñido con seguir cuidándote. Hay tratamientos pensados específicamente para esta época del año: hidrataciones intensivas, limpiezas suaves, terapias calmantes… Lo importante es adaptar lo que tu piel necesita al momento que estás viviendo. Y para eso estamos nosotros, para guiarte entre tantas opciones. Nuestro favorito estos meses de verano y excesos es el Dúo Glow, compatible con una exposición responsable al sol, rehidrata, ilumina, rejuvenece, previene y limpia en profundidad... ¿qué mas le podemos pedir a un tratamiento?
En resumen, la clave está en el equilibrio. No se trata de renunciar a disfrutar del verano, sino de hacerlo con conciencia. De entender que cuidar la piel no tiene por qué ser un sacrificio, sino una forma más de disfrutar del presente —de sentirte bien en tu piel, literalmente.
Así que adelante con los planes. Pero con protector en la mochila, agua en la botella y unos minutos al día para ti y tu piel. Porque el verano pasa volando, pero sus huellas… pueden quedarse más tiempo del que quisieras.
Este verano no nos tomamos vacaciones para acompañarte mientras disfrutas de las tuyas, te esperamos.
Atexá.




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